de Juan José Mendoza.
Premio de Cuentos del Ateneo de la Laguna
Ediciones El Toro de Barro, Tarancón de Cuenca, 2004.
Premio de Cuentos del Ateneo de la Laguna
Ediciones El Toro de Barro, Tarancón de Cuenca, 2004.
ISBN: 84-95543-95-8
64 páginas.
64 páginas.
Juan José Mendoza, del que hasta ahora sabíamos pocas cosas, recibe un auténtico bautismo de fuego con la edición de El Hospital Inglés, ganador de la IX edición del prestigioso Premio Ateneo de la Laguna, viene a confirmar a Canarias como el principal manadero del «cuento» español. La gran peculiaridad –la más visible– del autor canario ha consistido en saber elevar sin estridencias los seres del «común» a la categoría misma de lo extraordinario. En efecto; el enorme poder de seducción de algunas de sus composiciones reside en la naturalidad con que Mendoza ha sabido construir un escenario de normalidad escogiendo como protagonistas a seres que jamás merecerían una sola línea de un diario de provincias, y cuyo contexto vital carece de los extremos contrapuntos característicos de esas vidas atormentadas situadas siempre en el límite mismo de la existencia. El ensueño de Gracia, en «La vie en rose», con su aroma a posguerra; la ternísima historia del profesor perdido en busca de una tarima en «La vida que se cumplió», o esa extraña historia de amor –tan cinematográfica– que amasa con sus guiños «El Hospital Inglés», son ejemplos vivos de esa sencilla sabiduría y naturalidad con que Mendoza ha sabido dibujar un conjunto de paisajes realmente conmovedores, llenos de humanidad, de ternura –esa es la palabra– y de melancolía.
Hay, sin embargo, otras piezas, en las que el poder de seducción descansa menos en los personajes que en los puntos de vista escogidos por el autor para el ejercicio narrativo. En algunos casos nos sitúan en el territorio del tormento psíquico de las obsesiones –«Mecánico sueño»– o de la búsqueda –«Cuando sobra la certeza»–; en otros, nos aboca, en el contexto de la violencia de género, al más hilarante de los disparates –«Primavera piso veinte»– en el que el juego entre la verosimilitud –«Olor a naftalina»– y lo poco común –«En Marley’s»– se desarrollan con verdadera maestría narrativa, en todo su esplendor. Y los hay, también –«Amado herido»– en los que el lenguaje adquiere una dimensión poética especialmente adecuada para mostrar la capacidad de atracción sexual generada por una cicatriz. En todo caso, estas evidentes transgresiones de la “normalidad” y las escarbaduras en las zonas “límite” de la experiencia vital, que también se hacen presenten en los cuentos de Mendoza, no abandonan nunca el terreno de lo amable ni son capaces de borrar el impacto de aquellos otros cuentos en los que la trasgresión jamás se realiza, y que son los que, a nuestro juicio, conforman esa rara peculiaridad que hace de El Hospital Inglés un libro realmente inolvidable.
Carlos Morales
(La fotografía de portada, de Ginés Prieto Chaparría, obtuvo el primer premio del Certámen Nacional de Fotografía "Ciudad de Tarancón", hoy denominado "José Antonio Sequí")
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